La Periodoncia es la especialidad odontológica que se encarga de prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades de las encías. Dichas enfermedades son dos: gingivitis -la más leve- y periodontitis -la más agresiva-.
Los procedimientos que se realizan de manera más habitual dentro del área de Periodoncia son tres: la limpieza bucodental profesional, el tratamiento periodontal -comúnmente llamado curetaje dental- y la cirugía periodontal.
Por su parte, el dentista encargado del cuidado de las encías es conocido con el nombre de periodoncista.
Las enfermedades periodontales más comunes son la gingivitis y la periodontitis. Ambas tienen un mismo origen: la acumulación de placa bacteriana en la zona de los dientes y las encías. A medida que avanzan, causan daños cada vez más severos en los tejidos de soporte de los dientes (encías y hueso).
La gingivitis es la enfermedad periodontal en su fase más inicial y, por lo tanto, leve. Esto se debe a que las bacterias afectan solamente a las encías, pero no al hueso.
Por ello, estamos ante una enfermedad reversible que requiere un tratamiento relativamente sencillo: una limpieza bucodental profesional en la clínica y una mayor higiene en casa. Sin embargo, si la gingivitis no se trata, puede derivar en una periodontitis.
El síntoma más claro para identificar una gingivitis es el sangrado de encías, que puede producirse tanto al comer como al cepillarse los dientes.
La periodontitis es la enfermedad periodontal en su fase más avanzada y, por tanto, agresiva. Tiene lugar cuando se deja progresar la gingivitis y, fruto de ello, las bacterias acceden hasta el interior de las encías. Allí se forman las llamadas bolsas periodontales (depósitos donde se alojan las bacterias) y, a medida que se van acumulando las bacterias, se empiezan a producir daños cada vez más graves en la raíz y el hueso que sostiene los dientes. El debilitamiento de la estructura que rodea el diente es lo que ocasiona la pérdida de la pieza dental.
La principal causa tanto de la gingivitis como de la periodontitis es la acumulación de bacterias en la zona de las encías.
Esto se produce, fundamentalmente, por una higiene bucodental deficiente, ya sea por un cepillado insuficiente o por una técnica de cepillado incorrecta.
En definitiva, si no se retiran los restos de alimentos tras las comidas, estos se convierten en placa bacteriana. Y, con el paso del tiempo, dicha placa bacteriana se solidifica y transforma en sarro, lo que hace más difícil su retirada.
Fumar incrementa el riesgo de desarrollar una enfermedad periodontal y reduce la efectividad de los tratamientos. Por eso, una persona fumadora tiende a presentar una mayor pérdida ósea, bolsas periodontales más profundas y mayor riesgo de retracción de encías.
Es frecuente que los cambios hormonales que sufre la mujer en diferentes etapas de su vida provoquen alteraciones en las encías. Las mujeres son más propensas a sufrir enfermedades de las encías durante el embarazo y la menopausia.
Las dietas altas en azúcar y/o bajas en vitamina C incrementan el riesgo de padecer una enfermedad periodontal. Por ello, es recomendable alimentarse de manera saludable (más fruta y verdura, menos grasa, etc.).
Los pacientes con diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar infecciones bucodentales, como la periodontitis. Pero, además, ambas patologías tienen una relación bidireccional, ya que la periodontitis provoca complicaciones en el tratamiento de la diabetes, dificultando el control de la glucosa.
La predisposición genética es uno de los factores de riesgo más importantes. Cuando uno de los padres -o los dos- han padecido periodontitis, es fundamental que los hijos extremen las medidas de higiene oral.
Los medicamentos que provocan sequedad de boca, como los antidepresivos, favorecen la enfermedad periodontal, ya que la saliva ayuda a retirar los restos de alimentos de la boca, ejerciendo una acción higienizante.
Es uno de los primeros signos en aparecer. El sangrado de encías puede manifestarse durante el cepillado, al utilizar el hilo dental o al comer.
Unas encías inflamadas, que pueden llegar a cubrir parcialmente algún diente, son otra de las principales señales de la gingivitis.
Las encías sanas tienen un tono rosáceo. Sin embargo, la gingivitis hace que las encías adquieran un color rojo, intenso y brillante.
El olor y sabor desagradable en la boca son síntomas que pueden aparecer en cualquier fase de la enfermedad periodontal.
La retracción de encías es un síntoma de periodontitis. Se debe a la destrucción del tejido gingival (de la encía). Al retraerse este, se expone la raíz dental.
La última consecuencia de la periodontitis aguda es el aflojamiento de los dientes, que empiezan a moverse y se pueden llegar a perder. Como ya hemos mencionado, esto es fruto de la destrucción de los tejidos blandos y duros que soportan los dientes (encía y hueso).
Este es el tratamiento más sencillo, ya que se recurre a él en casos de gingivitis. Consiste en realizar una limpieza bucodental profesional en la clínica y reforzar la higiene en casa. Esto último incluye cepillarse los dientes y usar el hilo dental con mayor frecuencia.
La periodontitis exige un procedimiento más avanzado llamado tratamiento periodontal, a veces llamado coloquialmente curetaje. Para realizar este procedimiento, el periodoncista utiliza unos instrumentos llamados curetas, con los que elimina la placa bacteriana acumulada en el interior de las encías.
Normalmente, este tratamiento se lleva a cabo en dos citas, con el objetivo de que sea más cómodo para el paciente. En la primera cita se trabajan dos cuadrantes de la boca y en la segunda los dos restantes.
Aunque el tratamiento periodontal sea el procedimiento más habitual para tratar una periodontitis, hay ocasiones en las que no resulta suficiente. Esto sucede en casos de periodontitis más avanzada, cuando las bolsas periodontales son tan profundas que no resulta posible acceder a ellas con las curetas. En estos casos, será necesario recurrir a la cirugía periodontal.
Bajo anestesia local, el cirujano levanta cuidadosamente las encías para acceder a las raíces de los dientes y al hueso. Desde allí, retira el sarro y la placa bacteriana, y a continuación, sutura las encías.
Como ya hemos mencionado, la periodontitis ocasiona daños irreversibles en las encías y los huesos. Por este motivo, en muchos casos es necesario realizar tratamientos posteriores para regenerar o injertar hueso o encía.
Para prevenir las enfermedades periodontales, lo más importante es mantener una rutina de higiene bucal adecuada y constante. A continuación, te ofrecemos unas pautas concretas:
Hay que cepillarse los dientes después de cada comida durante, al menos, dos minutos. En ese tiempo, hay que realizar movimientos suaves y cortos, inclinando el cepillo unos 45 grados hacia la línea de las encías.
Además, se deben limpiar todas las caras de los dientes (frontal, posterior y zona de masticación). Se debe usar un cepillo de cerdas suaves para no dañar las encías.
La acumulación de restos de comida y placa bacteriana es habitual en los espacios que están entre los dientes. El hilo dental ayuda a eliminar los residuos que el cepillo no siempre logra retirar.
Usa la seda dental al menos una vez al día, deslizándola entre cada espacio interdental con suavidad para no dañar las encías.
Acude a revisiones al menos dos veces al año, aunque la frecuencia exacta depende de cada persona y de la recomendación del odontólogo.
Durante estas visitas se pueden detectar de manera temprana signos de gingivitis y periodontitis y, de ser necesario, realizar limpiezas bucodentales profesionales que eliminen el sarro acumulado en la línea de las encías.
Una alimentación rica en frutas, verduras y alimentos integrales beneficia la salud oral. Además, evita el consumo excesivo de azúcares y refrescos.
El tabaco reduce el flujo sanguíneo en la zona de las encías, lo que esconde uno de los primeros signos de gingivitis (el sangrado). Esto dificulta la detección temprana de la enfermedad.
El estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico y afectar a la salud bucal, por lo que es conveniente tratar de manejarlo (deporte, técnicas de relajación y respiración, terapia psicológica…).
María Latorre es coordinadora médica del área de Periodoncia y Endodoncia del Grupo Vitaldent. Es licenciada en Odontología por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y cuenta con el máster en Odontología Integrada de la misma institución. Además, completó sus estudios superiores con el máster en Cirugía Oral, Implantología y Periodoncia de la Universidad de Málaga.
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